El hotel tiene muchas cosas buenas: el entorno en medio del bosque es maravilloso, el silencio durante el día y la noche, la atención tan amable y atenta del personal, el servicio de té y café en grano a disponibilidad todo el día, el diario traído cada mañana, el hermoso living con bosca prendida, las camas blanditas y ventanales hacia el bosque con balcón. La ubicación está en pleno centro pero al mismo tiempo tranquilo. En resumen: hermoso, cómodo, silencioso. Lo único a mejorar, yo pondría avena o cereales en el desayuno