El concepto me encantó, la atención de los dueños es excelente, están pendientes de que estés cómodo, la comida es muy rica se nota que los productos son frescos y de calidad, la cena es la misma para todos, así que si no comes algo informarlo para que lo tomen en cuenta, todo lo preparan en el momento; las instalaciones muy bonitas todo en un entorno de naturaleza. El lugar no está ubicado en un pueblo turístico así que descansarás bastante bien, y puedes trasladarte a San Pedro, San Juan y Pana en lanchita. Del puerto al hotel son como 10mins caminando o puedes tomar un tuc tuc. Tienes que saber que es un lugar lleno de escaleras al estar en la cima para su vista espectacular, así que debes estar preparado para esto, por lo que no es apto para alguien que tenga dificultades para caminar. Por el concepto y al encontrarse en la naturaleza, encontrarás hormigas y arañas en las habitaciones o en el comedor, son inofensivos pero es importante mencionarlo para las personas que son miedosas. Me encantó que en ese puerto (Tzunaná) el lago está prácticamente sólo, el agua muy limpia y puedes disfrutar del lago de una manera más tranquila, sin gente y unas fotos extraordinarias. Definitivamente regresaría.