Sin duda el conocer el hotel Ville sul Arno ha sido el mejor acierto de toda la estancia, su ubicación es única, estas en el Arno, la selección de habitaciones merece que elijas las que tienen una pequeña terraza al río , la vista es impresionante al amanecer , es la forma más bella de iniciar el día en florencia ,
todo en el hotel esta diseñado para consentirte , la recepción es un muy amable , gente con sonrisas te reciben y asisten , la propiedad es pequeña pero no necesitas mas porque lo tiene todo , cuenta con spa muy bueno donde recomiendo el tratamiento de la casa por 30 minutos, después pasar a su alberca hidromasaje al interior climatizada ( una delicia después de un día de larga caminata por las calles de florencia )
la habitación es hermosa en una palabra , completamente pristina , interiores y acabados de lujo y totalmente funcionales, amplia en comparación con otras en europa, excelente iluminación , muy moderna , la cama una delicia , pero lo que te puede enamorar y yo volvería 10 veces es por cenar en su pequeña terraza a orilla del ARNO, vale la pena cada centavo ( no es un lugar económico pero lo vale completamente sin pensarlo)
el restaurante es una experiencia adorable, te sientes en una postal de cabaña en la montaña , bellamente acomodado,el desayuno fué de los mejores que tuvimos en Europa, la selección es amplísima y todo de primera calidad ( amé los huevos recién hechos y cremosos , divinos!) la fruta, el pan fresco , selección de jugos, tes. vayan!