Este hotel confirma mi opinión de que es mejor un buen cuatro estrellas que un mal cinco si va a costar lo mismo. El wifi bastante malo, manchas de origen desconocido en la puerta del baño que eliminé yo mismo, polvo en una estantería, el pestillo de la puerta roto y el tapón de la bañera con alguna esquirla debido a su antigüedad. En el proceso de entrada no nos pidieron una tarjeta de crédito como garantía y, en consecuencia, no pudimos abrir la nevera debido a un mecanismo de seguridad. Cuando bajamos para solicitar su apertura, el sistema había colapsado y los clientes no podían hacer el check-in, ni nosotros el trámite para poder usar la nevera. Por lo demás, personal muy amable y cama cómoda, pero no creo que vuelva a elegirlo en mi próxima visita.