El lugar para llegar es accesible y se puede llegar a pie, al llegar uno se encuentro con un lugar un tanto pasado de moda que no importaría, salvo cuando comienza a interactuar con lo empleados que están por supuesto a sueldo y se olvidan que no es un ministerio público entoces todo es sin ganas y no obtienes ningún tipo de asesoramiento para sentirte cómodo con el servicio y la estadía , no te dirán absolutamente nada, así que tomas la tarjeta y vas a tu cuarto, que tiene un repaso de limpieza por arriba y huele al habitante anterior. En la noche olvida Dormir, por que lo ruidos de las habitaciones contiguas te harán sentir que estas compartiendo el cuarto de al lado y la cantidad de polvo que hay en los rincones te serviría para hacer una plaza seca. No hay ninguna guía de como conectarse al wi-fi y como llamar al recepcionista para recibir algún servicio extra. En la mañana tome un servicio de pasajeros al aeroparque y por torpeza olvide una caja con bombones en el lobby del hotel y adivinen que me respondieron al llamar por teléfono para recuperar lo perdido, pues que no podían hacerse cargo de las cosas que olvidaban los pasajeros, una joyita, menos mal que no perdí valores.