la verdad es que no lo recomendaría por, habitaciones con muebles rotos, rajados,colchones vencidos,una nevera que la descubrimos el día que nos fuimos del hotel, estaba dentro de un mueble de madera,(imposible pensar que hay una heladerita allí) ,vidrios sucios ,y dije habitaciones porque pedí que nos cambien,y la segunda habitación era igual y al final la tercera era un poco mejor pero nada mas.
no tiene wi-fi y si uno quiere debe pagar 30 shekel por hora o 70 por día.las fotos del hotel por internet son tan lindas que la desilución es doble al ver su aspecto personalmente.Algo muy rescatable es la atención del conserje de la tarde, Samuel, que fue el que se ocupó y preocupó para que nuestra estadía sea placentera,y lo logró,erxcelente persona y empleado.,El desayuno abundante y muy rico,solo que el primer día era tanta la gente, que mi esposo tuvo que sacar número para que lo llameny tardaron media hora,y otra cosa que nos pareció inadmisible es que el empleado de limpieza entro 2 veces a la habitación mientras dormiamos sin tocar la puerta,(a las 7 de la mañana y a las 9) es una pena porque fueron pocos días y queríamos estar tranquilos y sin tener que discutir con nadie pero nos equivocamos,no recomendamos el hotel a nadie..una lástima.