Lo positivo: Es un hotel con una bonita fachada, y muy bien conservado. Se nota la antiguedad del inmueble, pero da una muy buena impresión.
El desayuno es en un salón muy agradable y cuenta con todo lo necesario.
La habitación donde yo estuve era muy fría pero tenía estufa, así que estuvo muy bien.
Lo negativo: Esta emplazado muy cerca del centro (15 min. caminando), pero es uno de los peores sectores de Lisboa.
Fueron a hacer la "limpieza" de la habitación, lo cual se limito a estirar el edredón, y sacar la basura del baño. Ni siquiera estiraron las sabanas. Ni tampoco barrieron el piso.
La (s) recepcionista (s) entiende el español, pero no lo habla. Es muy complejo entenderla.
Excluyendo lo negativo, la relación precio/calidad se encuentra bien.