No es un hotel, eso hay que dejarlo claro desde el principio, aunque vale igualmente. IMPORTANTE: cuando llegues al número 146 de Gloucester Place y NO veas un cartel de hotel no te extrañes. Toca en el portero (cualquier número) y alguien te abrirá. Eso ya da un poco de grima. Cuando además te bajan al sótano por un pasillo estrechísimo también te vas poniendo un poco nervioso, pero la verdad es que los alojamientos asequibles de Londres son todos así, muy por debajo de lo que tenemos por costumbre en España. Luego se pasa el susto. La habitación está muy bien, la limpieza es excelente, nos cambiaron las toallas todos los días, la cama muy cómoda, y en definitiva tienes todo lo necesario para dormir y descansar. En la habitación del sótano, además, hay una cocina que viene muy bien. Tienes una nevera, microondas, dos fuegos, un hervidor de agua, tostadora y utensilios de cocina, con lo que el desayuno y la cena los hacíamos ahí. Mi mujer se quedó muy contenta con el secador. Los de recepción tenían acento de vete a saber dónde, pero fueron muy amables, nos dieron un plano de Londres con metro y autobuses, y lo mejor que tiene es que está bien ubicado. La estación de Baker Street da acceso muy rápido a cualquier parte del centro de Londres. Madame Tussauds al lado, un montón de sitios para comer, y el lujo de los lujos es Regents Park a 5 minutos. Mi hijo disfrutó un montón con los barquitos de pedales y dando de comer a las ardillas. Resumen: tras el susto inicial todo bien.