Eramos dos adultos y dos niños. Nos tocó el cuarto con la mejor vista. Tercer piso justo frente al agua. No puedo describir la belleza de la vista a Isla Flores, ver los pescadores, escuchar los pájaros, ver el amanecer. Además, de que el cuarto era muy espacioso, tenía balcón en forma de L. Sólo le faltó una hamaca. Absolutamente espectacular. Además, que pudimos usar la piscina y picar algunas cosas del menú del restaurante. Lo único que podrían mejorar un poco fue el desayuno, no es que sabía mal, pero esaba un poco desabrido. Aunque el servicio a la mesa fue excelente.