El lugar es muy hermoso, pero descuido, las albercas están quebradas del piso y literalmente puedes sacar los azulejos por montones y si no tienes cuidado te pueden lastimar. Con mi familia, fuimos en puente y tardaron muchísimo en darnos habitación, estuvimos hasta casi las 4:30 y aalgunaas nos las entregaron sucias, sin arreglar las camas y con los baños mojados y sucios.
El personal fue super amable en general, excepto por un mesero en la playa que se molestaba cada que le pedíamos algo, nos levantamos la mano y gritaba que nos esperáramos para atendernos y cuando lo hacía, se enojaba por cada cosa que pedíamos.
Debido al problema de las habitaciones nos ofrecieron un pase para salir más tarde del hotel, pero el días de hacerlo válido batallamos para que nos lo dieran a todos y andaban corriendo a 5 chicos de la familia.
La comida era buena en general, pero la más deliciosa estaba en la playa. En el hotel tenían pocos mariscos y en la playa había más variedad, además eran alimentos preparados al momento, así que, aunque tardaban más en servirte, valían muchísimo la pena.
En el hotel solo había un cantinero y mesero para los snacks y bebidas, así que pedir cualquier cosa te tardaba muchísimo, por el puente obvio había mucha gente, yo no comí ninguno de los días que estuve porque cuando el mesero me atendía ya no tenían varias cosas (alitas, por ejemplo) o se le olvidaba lo que habíamos pedido. Fuimos en persona al bar y tardamos 1 hora en conseguir una cerveza y un agua