Desde el día que llegué el personal fue muy cordial y dispuesto a ayudar, la sala de estar agradable y la recepción todo ok, pero al llegar a mi habitación todo cambió, pedí una habitación privada, había mirado las fotos y se veían bastante bien, pero no fue ni parecido a las fotos, era una habitación sin vida, con una litera, colchones incómodos, falta de luz, pasé mucho frío y eso que ocupé todas las frazadas (en las fotos se veían cobertores en las camas, yo no me encontré con nada similar) en el uso de la cocina fue agradable el espacio para conversar con quienes son pensionistas permanentes pero las condiciones no fueron las esperadas con respecto a equipamiento, solo habían vasos de plástico un par de tazas, una cuchara chica, sería lo que ocupé yo por lo menos
Con respecto a los baños estos estaban limpios, pero hubo dos días que no pude ducharme porque no había presión de agua en la mañana, corrían un par de gotas por el grifo
Debo rescatar de todo, el equipo humano que está ahí todos los días, ellos ayudaron a hacer mas agradable la estadía