No suelo ser tan entusiasta con mis recomendaciones, pero este sitio lo merece, y mucho. El hotel es precioso, decorado con un gusto exquisito y comodísimo, a precios más que razonables. Su oferta gastronómica es variada y buena, cuenta incluso con uno de los mejores restaurantes de la ciudad. No está céntrico, pero eso le añade tranquilidad y disponen de todas las facilidades para llevarte donde quieras en segundos, además de transfer gratuito al aeropuerto. Pero lo mejor, sin duda, es el personal. Se esfuerzan al máximo por hacerte sentir cómodo y bienvenido. Me subieron la categoría de la habitación gratis por pura amabilidad, me ayudaron a organizar mis excursiones, me recomendaron y aconsejaron los mejores sitios para ir de compras y estuvieron pendientes de mí cada segundo. Todo con suma eficiencia y puntualidad. Nunca había recibido un trato tan atento y encantador. Sokny y su equipo, en el Privilege Floor del hotel, son maravillosos, profesionales y encantadores, del primero al último. Volvería sin duda y lo recomiendo muchísimo, es un lugar mágico.