Queria destacar el personal, bastante brusco y maleducado.
En particular modo, la persona que se ocupa de los desayunos es muy desagradable con todos los clientes, no tenendo modales para el trabajo que hace: se dirije a los clientes de forma agresiva al limite del ridiculo, tanto que en la sala del desayuno todos nos mirabamos con maravilla del trato recibido. Necesitaría de formación para que sus posturas y modales sean de acuerdo al puesto que ocupa.
Tampoco la persona al check-out es particolarmente agradable, siendo que pone abiertamente caras de desconforto y irritabilidad cuando un cliente no contesta lo esperado o por ejemplo delante de algunas situaciones - perfectamente normales en el momento de un check-out o de un pagamento.
El hotel parece haya sido parcialmente reformado, pero tiene habitaciones que dejan mucho que desear, por pequeñas, con camas sin cabecera, baños muy pequeños, etc., siendo que mantiene un cierto charme de antiguo hotel francês y un bonito ascensor.
No volvería porque no indicado para un viaje de negocio (siendo que no tienen silla para trabajar en la mesa de la habitación), por todas las razones arriba indicadas. Gracias