El hotel está bien ubicado, al frente de una estación de metro, comercios y restaurantes, es una zona segura aunque de noche hay que tener precaución porque hay mucha gente en sitas de calle afuera y a los alrededores.
Las habitaciones cumplen con lo que prometen, sin ser pretensiosas. Los canales por cable son pocos y solo se pueden escuchar en portugués, no hay opción para cambiar el idioma.
Tuve problemas con el wifi, uno de los días simplemente se cayó la señal (jueves 05/11/2020) y yo estaba en medio de una reunión por Teams a la que nunca más logré conectarme.
El personal de servicio no es muy amable y está poco organizado, me estuvieron molestando varias veces porque no encontraban la reserva que hice y pagué a través de Hoteles.com, son muy desconfiados y te hacen sentir incómoda.
En las habitaciones no hay el típico letrero para colgar por fuera de las puertas y así avisar si pueden o no entrar a hacer la limpieza y pasan por cada habitación tocando la puerta... muy desagradable e invasivo.... además, solo están haciendo aseo cada dos días, dicen que por causa del coronavirus....