Hotel bonito y vistas bonitas.
Al poco de estar en la habitación sentados en la cama com ni hija nos encontramos una pulga viva encima de la cama. Envié un mensaje a la encargada que me dijo que vendría enseguida, y así fue.
Le comenté lo que había pasado, ella muy extrañada, le enseñé el animalito muerto para que viera que realmente era una pulga. ME comentó que que quería que hiciera y le contesté que cambiar sábanas y colcha de la cama, me comenta que no tienen las sábanas planchadas pero que las planchará. Al poco vuelve y me dice que no tienen sábanas de matrimonio de recambio pero sí individuales, le comento que tienen que ser de matrimonio, nuestra hija es pequeña y duerme con nosotros. Me dice que hasta las 21:30 no las podrán cambiar porque la persona encargada no puede venir hasta esa hora. Además me dice que en el campo (hotel situado en el interior de un pueblo) a veces hay bichitos y que claro en las ciudades no hay. Sólo busca excusas en lugar de disculparse, me parece increíble.
Nosotros nos vamos a cenar y cuando volvemos nos han cambiado las sábanas, pero con la gran sorpresa que las sábanas limpias están manchadas de sangre, tanto la bajera, como la de arriba, como una de las fundas de almohada. Dada las horas, 22:30, nos arreglamos como podemos.
A la mañana siguiente, en el desayuno el cual deja mucho que desear, ni nos pregunta ni se disculpan nada, casi ni nos mira de cara.
Por cierto en el baño hacia un frío terrible.