El hotel está muy céntrico, se puede ir a todas partes a pie y aunque hay algún homeless alrededor no son peligrosos, la ciudad entera está así. El personal muy amable para cada problema que tuvimos. El desayuno no estaba mal para ser un hotel en NY pero poco variado y con demasiada gente. Reservamos dos habitaciones, una de ellas tenía un ruido de fondo del aire acondicionado bastante molesto, tuvieron que cambiárnosla porque no se podía dormir aunque nos dijeron que prácticamente todas lo tenían. La otra no tenía tanto ruido pero era muy pequeña para caber con dos maletas grandes y la distribución de la misma hacía que la tele estuviera en la pared lateral de la cama, lo que hacía imposible que se pudiera ver sin estar incomodísimo ni acabar con el cuello destrozado, creo que se hubiera arreglado con un soporte móvil de la tele pero esa habitación no lo tenía.