Tanto el hotel como las habitaciones son muy pequeñas, y da la impresión de que aceptan más huéspedes de lo que su capacidad física y de servicios les permiten.
No pudimos utilizar las instalaciones (parrillas, piscina) porque estaban abarrotadas de gente, con niños pequeños.
El desayuno fue un caos: una hora antes de la finalización, advertimos que no había café, y cuando lo solicitamos, nos respondieron que "podíamos tomar café en saquito". Tuvimos que limpiar una mesa nosotros mismos, porque el personal no daba abasto. Una vergûenza!
Internet no está disponible en las habitaciones.