10/10 Excepcional
26 de agosto de 2016
Un pequeño hotel para recordar.
La verdad es que el camino hasta este hotel familiar fue toda una aventura, con carreteras estrechas, aunque mereció la pena.
La habitación, simple, aunque con algunos detalles decorativos llamativos.
Lo mejor: está enfrente de la puerta de acceso a la zona histórica.
El silencio y la tranquilidad son significativos, con apenas coches que molesten y con los sonidos de la naturaleza por doquier.
Un buen desayuno, variado y suculento, en un marco incomparable. Las cenas no pudimos probarlas porque llegábamos a la hora que no se estila.
Una pequeña falta en el siglo XXI: Aire acondicionado y algún canal de TV en español (por aquello de saber cómo vamos).
Buena atención del personal que atendió nuestras necesidades e incluso nos aconsejó espacios a visitar. Muchas gracias.
Juan José
Opinión verificada de un huésped de Hoteles.com