El hotel tiene una localización perfecta, pero es algo ruidoso. Si quieres descansar tienes la musica del restaurante en tu habitación desde la mañana hasta la medianoche y algunos días tiene mucha gente de fuera del hotel en sus instalaciones, por lo que tiene mucho jaleo. Las habitaciones son preciosas, pero realizan la limpieza a última hora de la tarde. El servicio del restaurante es muy, muy lento, pero la comida es deliciosa. Es un lugar precioso pero sin la calma que esperábamos en ese paraiso. Está ubicado en una playa de surf increible, de hecho tienen su propia escuela de surf en las instalaciones, aunque recomendamos usar mejor Pirata Surf School, que está en las inmediaciones y son más simpáticos y profesionales.