Me encantó que el hotel estuviese justo a lado de Centrale, fué muy conveniente para movernos por todo Milán utilizando el metro.
El desayuno fué excelente, con una linda vista con el restaurante en el último piso, el personal de recepción fué excelente, atento y servicial, resolviendo todas nuestras dudas.
Lo único que no me gustó, fué que la insonorización es mala, se escuchaba mucho ruido de los demás cuartos.
Y algo que no es responsabilidad del hotel, es que fuera de Centrale hay grupos de personas, de tez oscura, que se te quedan mirando incomodamente, y no sabía cuáles eran sus intenciones, parecía que iban en plan de asaltar pero creo que solo estaban vendiendo sustancias. Aún así, fué terrible tener que pasar frente a ellos en cada ocasión que entrabamos a Centrale o salíamos hacia el hotel. Pero repito, esto fue ajeno al hotel.