La entrada la hicimos por la noche, los pasillos antiguos, da sensacion de viejo, y los cables y luces colgando del techo -deben de estar de obras-. Mala sensación, pedí el cambio de habitación tres veces, pero todas tenian pegas y eran igual de pequeñas. La habitación es muy pequeña, cama comoda, el baño y ducha nuevo. Esta reformada la habitación pero tiene moqueta, techos altos y las puertas son las que tenian pero pintadas encima. Respecto del desayuno, es escaso, y el ultimo dia no quedaba nada y el mismo que estaba en recepción era el encargado de desayuno. Los accesorios en la habitacion para tomar cafe no existian. Wifi dificil de entrar.