Soy una turista sin auto, llegué a Casapueblo con sed, en un día agobiante de calor, no hay en la recepción una jarra con agua, ni un dispensador, tampoco una máquina para comprar líquidos. La respuesta de la recepcionista fue "que a ellos tampoco los proveen con gua".
El paisaje en el área y las vistas desde el hotel son magníficas, hay solo 2 piscinas, no muy grandes y ninguna exclusiva para niños. Las playas cercanas (Las Grutas, Portezuelo) son de aguas heladas y una de ellas, es extremadamente peligrosa.
La comida del restaurante es excelente, no así la que ofrece la cafetería del Museo.