Hotel comfortable. Personal amable.
Baño muy pequeño, pero muy funcional.
Locación algo alejada, de noche bastante desolado, pero tranquilo y seguro, lo único que permanecía abierto era un Lawson Store y una pizzería que atendía hasta las 11:00 PM.
Si bien está “cerca” de la Estación Central de Kioto, la caminata, con el frío del invierno y el cansancio de las horas fuera del hotel, se hacía ardua.
A doscientos metros cuenta con una estación de subte que comunica muy bien con el resto de la ciudad (y con la misma estación de Kioto), pero la línea -como es de esperarse- no pertenece a la compañía JR, ergo el JR Pass no era útil, y las tarifas del transporte eran elevadas.