En ningún momento vimos al recepcionista, llegamos a las 16:00 de la tarde y nos las tuvimos que arreglar para poder entrar dentro, puesto que la puerta estaba cerrada con un código. Luego por casualidad, supimos que había que introducir el código de reserva en la máquina de la entrada y entonces se te daba un tique con el número de la habitación y el código. El hotel estaba bastante alejado del centro, pero más bien alejado de las estaciones de tren y metro. Respecto a la limpieza nada que destacar, estaba todo bastante decente. El horario de recepción era ridículo y eso nos vino mal a la segunda noche, cuando las conexiones eléctricas (enchufes) de la habitación no funcionaban y no pudimos cargar la batería de nuestros dispositivos, por lo que tuvimos que bajar a recepción a cargarlos allí. En ningún momento pudimos contactar con nadie para solucionar el problema puesto que no había nadie del personal del hotel a esa hora por la noche. Como nota global le damos un 4/10 ya que la falta de personal fue clave en nuestra estancia.