Solo llegar te encuentras una maquina donde tramitar tu check in, nadie en la recepción. Todo el hotel huele mal, una mezcla entre orina y tabaco (pese a estar especificado NO FUMADORES).
En la habitación nos encontramos con la basura llena de comida de los antiguos huéspedes (que olía mal), no teníamos papel de baño (apenas 20 cm de papel), toda la habitación llena de migas y de polvo, y el gel de la ducha estaba vacío y habían unas pequeñas manchas rojas en el suelo como de sangre o pinta uñas. Pero como no hay recepcionista no te puedes quejar a nadie.
Al día siguiente por la mañana nos encontramos a un señor (al parecer encargado del hotel), el cual no entiende ni ingles ni español, por lo que solo podéis hablar francés.
Ya por fin nos suben a "limpiar" la habitación, donde lo único que hacen es cambiarte las toallas y los jabones y estirar las sabanas por encima de la cama. Ni barrieron ni fregaron ni nada. Siguió el mismo polvo y las mismas manchas en el suelo. La verdad es que me decepciono bastante, porque después de llegar cansado de pasar el día por París lo único que te apetece es descansar, y no tener que preocuparte de lo sucio que esta todo.
Pero bueno, lo compensan sus maravillosas vistas al parking de un Lidl ;)