Un hostel con agradables habitaciones dobles. Quizás algo vacías (una mesita y una estantería, si no un armario habrían cabido y hubieran sido útiles). Sin televisión en la habitación (tampoco es que haya mucho que ver en la mayor parte de los hoteles de Islandia en los que he estado). Ducha algo estrecha si no eres muy delgado. Hay agradables zonas comunes en la ultima planta, con un gran televisor, cocina y zona de comedor (y terraza exterior...). No hay ascensor, aunque el personal te ayuda con las maletas. En la recepción se habla buen español. La situación es inmejorable, en el mismo centro de la ciudad, cerca de restaurantes, etc. El coche se puede aparcar gratis, pero a cierta distancia.