Hotel completamente renovado, con habitaciones amplias, limpias y cómodas. Diferente del tipo de habitaciones que normalmente encontrarías en los hoteles más céntricos. La zona es más tranquila que en el entorno de San Marco o Rialto, pero con restaurantes en las inmediaciones y bien comunicada a pie o con vaporetto tanto al centro como al aeropuerto o las otras islas. La única pega fue tener una habitación en la primera planta, con la puerta en un pasillo abierto que daba al vestíbulo principal, por lo que a determinadas horas resultaba un poco ruidosa, tanto por la recepción como por las personas que pudieran estar tomando algo en el bar del vestíbulo. Sugeriría cerrar completamente esa pared con un muro de cristal, y no únicamente como si fuera una barandilla.