Fue muy caro para lo que fue. Las camas son muy pequeñas, en 2 de 4 ocasiones no hubo agua caliente, no había siquiera una silla en el cuarto, ni una botella de agua (aunque hubiera que pagarla), hacía bastante calor y el aire está en un extremo del cuarto y fijado a 25 grados. El desayuno estaba bien, aunque unos días antes me escribieron que las bebidas tendría que pagarlas aparte (afortunadamente si hubo jugo, agua y café incluido). La vista si es linda, pero había unas cubetas y desperdicio que lo afearon. La gente si que es amable y servicial. Aunque está ubicado fuera del centro, en la esquina pasa el bus a las cataratas y el hito de las tres fronteras está caminando