El hotel es de arquitectura moderna, muy diáfano y bonito. Desprende una sensación de limpieza y al mismo tiempo es acogedor. Dispone de un servicio gratuito de elementos para la higiene personal, agua fría para beber y te caliente. Tiene un área de entretenimiento con una Nintendo Switch. Las/los trabajadoras son muy amables y atentos y prestan un buen servicio de información. Quiero resaltar la importancia del factor humano que le da forma al entorno tan acogedor del que hablé antes.
En nuestro caso, dispusimos de una habitación doble con baño individual y las camas dispuestas en modo de litera. La litera estaba perfectamente fijada al suelo y su construcción era moderna y sólida, no emitía ni un solo ruido al subir en ella, así que el usuario de la cama superior podía levantarse en mitad de la noche sin molestar al de la parte inferior. El resto de la habitación es de aspecto minimalista y limpio.
Hay un aspecto que me ha encantado, y es el hecho de encontrar plantas vivas y una pequeñísima colección de bonsáis tipo mame.
El hotel está a unos 25-30 minutos a pie de la estación central de Kyoto y a unos 3-5 minutos de la parada de metro Shijo.
También recomiendo disfrutar de los desayunos, ya sean occidentales o japoneses, a precios muy asequibles.