habitación formidable y muy bien situada. por poner algún pero, que pocos tiene, como mucho yo habría regalado una botella de vino mallorquín en vez de uno catalán, por aquello de publicitar la isla, al fin y al cabo al centro de Mallorca uno va a conocer sus cosas bonitas, incluida su gastronomía. Un vino catalán no procede, un vino mallorquín, como una ensaimada, hay que saborearla en el sitio.