Estuve una semana completa y puede disfrutar de todas las comodidades del hotel. En el restaurante del hotel ubicado justo a la entrada, se podía disfrutar de las mesas y los asientos para comer, reunirse o ver los partidos de fútbol del mundial durante los cuales había un buen ambiente. La carta del hotel era un poco repetitiva y limitada pero hace su función práticamente a cualquier hora. Los desayunos eran abundantes con opciones de dulce o salado, caliente o frío y una máquina de café que ofrecía multitud de posibilidades (cafés de todo tipo, capuccino, moccacio, cacao y leche, cacao negro, etc). El personal del hotel era amable. El hotel disponía de un pequeño gimnasio con cinta de correr, elíptica y máquina multifunción además de pesas que permitían mantener la forma y en ningún momento estaba concurrido. Las habitaciones eran de un tamaño medio con una mesa y un flexo muy práctico que permitían trabajar sin demasiados problemas. La conexión wifi, sin ser mala, no era de las rápidas posibles pero se podían ver pelis sin cortes. La televisión no estaba programada del todo correctamente. El baño con bañera era espacioso. Un día se estropeó el agua caliente y lo arreglaron en 24 horas. Repetiría sin duda debido a la ubicación, a 800 metros de la estación de trenes Casa Passagers, con trenes cada hora para ir a Rabat o el aeropuerto.