La playa divina, el hotel aunque se ve que ya le cayeron los años es bastante comodo si buscas que todo esta cerca, a unos cuantos escalones la alberca de niños, a dos paso el restaurante, a dos más la playa, eso me encantó.
Los alimentos variados y de buen sazón.
El personal es el tesoro de este lugar son los más atentos y con un excelente atención, TODOS a excepción de la persona que nos hizo el aseo de la habitación se llama Mary y llego 3 horas después de que solicitamos que hicieran el aseo, furiosa a tratar de hacer la limpieza con nosotros adentro, literal le barrio los pies a mi hijo.